Actualmente, se considera a la Inteligencia Artificial (IA) una tecnología de propósito general (GPT) debido a su capacidad para ser aplicada en una amplia variedad de campos. La IA puede ser utilizada para resolver problemas complejos en industrias como la salud, la energía, el transporte y la manufactura, entre otras, del mismo modo que puede ser entrenada para realizar tareas específicas como la clasificación de imágenes, la identificación de patrones y la toma de decisiones en tiempo real. Esto hace que la IA sea muy versátil y fácilmente aplicable en la vida y el mundo empresarial.
En contraste con otras tecnologías de actualidad, también potentes y de amplia aplicación como Blockchain, la IA ha penetrado con mucha fuerza y hasta niveles más bajos de nuestra vida diaria por su versatilidad y enorme potencial de aportación a procesos cotidianos y en casi cualquier entorno. De acuerdo, Blockchain también aporta y está presente en nuestras vidas a través de las criptomonedas y, cada vez más, distintos procesos en los que aporta mucho valor, como la trazabilidad en logística, pero Blockchain es una tecnología más específica que no siempre es necesaria y puede ser difícil de encajar en ciertos contextos.
Aunque Blockchain tiene aplicaciones en áreas como la seguridad de datos y la transparencia en las transacciones, su uso puede ser limitado en industrias que no requieren este nivel de seguridad y transparencia y sobre todo, donde la confiabilidad entre las partes no haga necesario el uso de esta tecnología líder en ese aspecto.
En la vida cotidiana, la IA se encuentra en muchos productos y servicios que utilizamos a diario. Por ejemplo, los asistentes virtuales como Siri y Alexa utilizan la IA para entender y responder a nuestras preguntas en lenguaje natural. Los sistemas de recomendación en sitios web como Amazon y Netflix utilizan la IA para personalizar nuestras recomendaciones de productos y películas. Los coches autónomos utilizan la IA para tomar decisiones en tiempo real mientras conducen por la carretera. En resumen, la IA está presente en muchos aspectos de nuestra vida y se utiliza para mejorar la eficiencia y la calidad de los productos y servicios que utilizamos.
Si hablamos de aplicación al mundo empresarial, la IA es una herramienta muy valiosa para mejorar la eficiencia y la productividad; puede ser utilizada para automatizar tareas repetitivas y aburridas, lo que permite a los empleados centrarse en tareas más importantes y creativas. La IA también puede ser utilizada para analizar grandes cantidades de datos y proporcionar información valiosa sobre los clientes, el mercado y las tendencias de la industria, basándose por ejemplo en técnicas de clusterización y análisis de series temporales. Además, la IA puede ser utilizada para mejorar la toma de decisiones en tiempo real, lo que puede ser especialmente útil en industrias como la banca y las finanzas.
En resumen, desde nuestro punto de vista, la Inteligencia Artificial puede considerarse una GPT debido a su amplio espectro de aplicación y su versatilidad para resolver problemas complejos. En la vida cotidiana y el mundo empresarial, la IA es una herramienta valiosa que ya está, cada vez más, presente en nuestro entorno.